Teoría
de un cuento futuro
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Las batallas se disputaban férreamente entre los gladiadores. |
La batalla pacífica de las naciones
Cuenta la leyenda de un diminuto y primitivo planeta habitado por humanos, ubicado en un pequeño sistema de una sola estrella en la galaxia conocida como Vía Láctea, en el cual los pueblos decidieron dejar por un lado las armas de destrucción y resolver sus problemas políticos y financieros por medio de unas justas a las cuales llevaban a sus 23 mejores gladiadores para defender el honor de sus reinos.
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Los reyes de los pueblos seguían las batallas de sus súbditos. |
Cada 4 ciclos, los mejores 32 exponentes, después de
una prolongada eliminación, viajaban desde lejanas tierras para reunirse un destino
común para resolver la confrontación que determinaría al monarca de todos los
reinos durante el siguiente periodo y con esto mediar las discrepancias entre
los pueblos.
Los guerreros se enfrentaban en grandiosos coliseos
que eran construidos para la ocasión y que albergaban a miles de testigos que
presenciaban la resolución de la disputa en la que se involucraba una esfera
que dos bandos, conformados por 11 hombres cada uno, trataban de llevar utilizando los pies, tronco y cabeza, excepto
las manos hacia una meta rectangular que era defendida con garra por el rival.
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Los gigantescos coliseos, escenarios de las confrontaciones. |
Finalmente, el conjunto que completara más veces la
tarea de vulnerar el arco contrario en un periodo que oscilaba entre 90 y 120
minutos, sería acreditado con la victoria para beneficio del pueblo que
representaban y cada vez que dejaban atrás a un rival, se acercaban a la
batalla final.
Si después del tiempo máximo de confrontación no se
decretaba un ganador, entonces el pleito se resolvía al llevar a los guardianes
de las metas a la línea de fusilamiento y desde 11 metros los mejores 5 gladiadores
de cada pelotón, ejecutaban los disparos más certeros para agenciarse el
triunfo.
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El pueblo que se coronaba, gobernaba durante 4 ciclos. |
En aquellos remotos tiempos, no siempre el reino de
mayor poder adquisitivo era el que se imponía en la disputa final, eran escasas
las veces que lo conseguía el organizador, lo cierto es dentro del campo de
batalla, los guerreros peleaban hasta con los dientes por asegurar una victoria
que les permitiera seguir con su bandera en alto, pese a ser un forma pacífica
de encontrar solución a los conflictos, siempre se podían dar casos de patadas
arteras y hasta mordidas en contra de los adversarios, se han descubierto
imágenes que viajan por el firmamento de que esto es verdad.
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En ocasiones la defensa de la nación era demasiado aguerrida y llegó hasta el uso de actos violentos para resolver las disputas. |
No se ha logrado resolver el misterio de lo que
sucedía con los batallones que eran vencidos, si es que eran sacrificados a los
dioses dueños de la esfera o si debían servir como esclavos de los dueños de la
victoria, pero todo podía suceder en una civilización tan primitiva como
aquella.
Después de 30 días de batallas constantes, solamente
una se alzaba con la victoria final y el resto de las naciones retornaban a la
normalidad para ser gobernadas durante 4 ciclos hasta que nuevamente fueran
convocadas al desafío supremo por la conquista del planeta.
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Los representantes de los reinos apoyaban a sus guerreros. |
– ¿Y cómo llamaban a aquellas batallas?
– Existen varias versiones del nombre, pero el
sonido que más se repite según lo investigado es FUTBOL y cada vez que una meta
era vulnerada, se escuchaba el grito de GOL.
Probablemente en unos mil años se cuenten ese tipo
de historias de nuestra sociedad actual, me encantaría que los pueblos en
realidad olvidaran el uso de armas de destrucción masiva y se enfocaran en
formas más civilizadas para resolver sus conflictos y así evitar hacerle más
daño a nuestro planeta y anticipar una inminente desaparición de la raza
humana.
Espero que les guste este cuento y que lo compartan
con su familia y amigos.
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